Mis tíos José y María tienen casi 90 y 80 años respectivamente. Y no me puedo (ni quiero) esconder sobre el hecho indudable que me miman y que nos tenemos mutuamente una adoración y debilidad infinita.
Conocedores de mi gusto por el buen chorizo ibérico, hoy al vernos me tenían un regalo. Hay detalles que valen mucho más que el precio de su contenido. Y ver en la mirada casi nonagenaria de mi tío la ilusión de entregarme algo que para él era exquisito... me ha emocionado.
Tal vez por eso me ha fastidiado especialmente comprobar que el Chorizo de Cerdo Ibérico Cayetano Pantojo utiliza proteína de lactosa y soja. No dejo de indignarme, es superior a mí, al pensar qué tipo de manipulación realizan en esta empresa extremeña a algo tan primario y sencillo como un embutido para añadirle proteína de Soja. Me sale espontáneo el sarcasmo: ya se sabe que la Soja estaba en las raíces del Ibérico. Qué sería de la Península Ibérica y su gastronomía sin la Soja.
Por supuesto, su web http://www.cayetanopantojo.com/web.html se preocupa mucho más en una tienda on-line y una intensa (y bien realizada) campaña de márketing que en dedicar una sola línea a alérgenos.
Dedico a mis tíos este post. Con toda la ternura del mundo.
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